Las cosas bonitas de dos chicas que dicen ser normales :)

27 de febrero de 2010

Mierda, mierda, mierda.

A mí me hacía sentir especial, y me hace, joder.
Lo que no sabía es que eso le pasaba a todas las chicas con las que se cruzaba. De alguna manera, era una más, algo que siempre había odiado.
Quédate con todas ellas y olvídate de mí.
Quizá hubiese sido mejor que nunca me hubiera hablado, por lo menos evitaba llorar como una tonta, o estar despierta hasta las 5 de la mañana comiéndome la cabeza.
Así no hubiera vuelto a necesitar el helado de chocolate con trufas para sentirme mejor ni esperarle cada día, simplemente para escuchar un hola.
Me estoy volviendo loca.
Pero no, él prefiere seguir aquí, molestando con sus tonterías, para que cuando decida irse, sea todavía más difícil.
Porque lo que pocos saben, es que me tiene totalmente ganada.
Creo que ya no hay vuelta atrás.
Le odio, o no, que es aún peor.

13 de febrero de 2010

Hace mucho tiempo.

Llevaba varios día triste, pero hoy fue diferente.
Hoy me había derrumbado, sin necesidad de que hubiera un por qué.

Contemplaba desde mi ventana cómo la gente parecía feliz, cómo una fila de coches esperaba la señal de un semáforo para seguir su camino;
pensaba en cómo yo me había perdido en el mío.

Permanecía allí, en mi habitación, delante de un cristal que dividía dos mundos, el de todas esas personas y el mío propio, me daba cuenta de todas esas veces que, al igual que ellos, aparentaba felicidad, pero ahora no, ahora sencillamente estaba triste, sin motivo.

Sabía perfectamente que mi madre estaba detrás de la puerta, intentando explicarse porqué estaba así, y no pude evitar que una lágrima llegara hasta mi mejilla.

Permanecía allí, sí, delante de un cristal que dividía dos mundos . .